Hay
que dejar de preocuparse y empezar a ocuparse... esta frase se repite
siempre en mi cabeza y creo que es un muy buen comienzo.
Cuando
nos dan noticias tristes o desesperanzadoras a veces no sabemos como
reaccionar. Nos hundimos en miedo y rabia, y nos escondemos en nuestro
interior pensando, analizando, buscando respuestas.
La verdad he vivido situaciones extremas, muy fuertes. Me di cuenta que las respuestas no son la solución, sino el propósito de la situación que uno atraviesa
Nos
percatamos de que tratamos de controlar nuestras vidas y las
situaciones que van ocurriendo, y nos olvidamos de vivirlas paso a
paso, de sentirlas.
Estas
situaciones sean cuales sean, problemas económicos, de relaciones, de
amistad o de pareja, enfermedades o cualquier dificultad que estemos
atravesando, nos
están indicando que es necesario un cambio, un alto. Esas situaciones
simplemente nos alertan que algo tiene que suceder en nuestras vidas
para que algún acontecimiento de esos nos despierte y empecemos a vivir
la vida y no a esperar vivir.
La
vida es una escuela de aprendizaje. Cada cual tiene su aprendizaje.
Vinimos a este mundo en busca de la felicidad y nos damos cuenta que la
felicidad es vivir el día a día. Aunque hayan días tristes siempre sale
el sol.
Como
consejo solo puedo dar una parte de mi historia y mis vivencias para
que otros puedan ver sus vidas, tal vez, con otros ojos y no ahogarse en
problemas que a veces no son tan terribles como nosotros creemos.
La
fuerza viene del alma, de la fortaleza interior que cada uno tiene en
su corazón. Solo cree en ti y escucha tu cuerpo. Siempre encontraras fuerza interior.